En Septiembre de 1986 se llevaba a cabo en la ciudad de Córdoba la Sexta Bienal del Humor y la Historieta, importantísimo evento para aficionados y profesionales de las viñetas. Por aquellos años el medio de transporte era la desaparecida empresa La Capillense. Y allá fui, con la intensión de conocer a los artistas que admiraba y hacerme de algún dibujo como recuerdo.
La muestra se llevaba a cabo en el Museo Genaro Perez, y esa tarde de sábado se hacían presente numerosos dibujantes. El museo estaba lleno de gente recorriendo las diferentes salas. Entré con mi carpeta con hojas en blanco y comencé a descubrir los rostros de aquellos a quienes conocía solo por sus trabajos.
En una de las salas y rodeado de personas, un hombre alto
dibujaba y estampaba su firma. Me acerqué tímidamente y descubrí que era nada
más ni nada menos que Tomás Gulle, quien por aquellos años realizaba las
portadas de la revista Hortensia. Estiré
mi hoja al tiempo que le pedía “Me hace un dibujo, maestro?”. Gulle apenas
levantó la vista y me respondió con tono áspero: “Yo no te enseñé nada”.
Me quedé en silencio mientras plasmaba a un dibujante con su tablero lleno de
papeles dibujando en el suelo. Terminó, lo firmó, agradecí y me retiré.
En Septiembre de 2022 se hiso la muestra San Jerónimo Dei donde fui parte de los humoristas expositores en el Mercado Norte de la ciudad de Córdoba. En esa oportunidad viajé temprano para encontrarme con colegas y asistir a la inauguración de la muestra. Entre charlas, saludos y bromas apareció por la vereda un señor canoso de importante estatura a quienes todos saludaban fervorosamente. Pregunté quién era y me responden “Es Gulle!”. Me acerqué, lo saludé y le recordé nuestro encuentro en el 86. “Eso te dije????” y se reía a carcajadas.
La jornada pasó de manera amena y antes de volver a la
terminal, me acerqué a Gulle con mi catálogo de la muestra y le pedí
simplemente una firma. Se puso a dibujar, terminó, firmó y me devolvió el
catálogo. No supe que decirle. Estiré la mano para despedirme.
Nos confundimos en un fuerte abrazo.
PD: El dibujo del 86 quedó destruido luego de la intensa tormenta del verano del 2003 que inundó mi estudio.
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